Ximena Sierralta*
"Que no llore mucho porque se va a volver 
maricón". "Que no tenga muñecas porque se va a volver maricón". "Que no 
juegue con tantas niñas porque se va a volver maricón". "Que no pase 
tiempo con maricones porque se va a volver maricón". "Que pase más 
tiempo con el papá porque sino se va a volver maricón".
Ponle una 
ropa con flores o algún detalle rosado a tu bebito de seis meses y 
seguro alguna persona conocida o extraña te advertirá, directa o 
indirectamente, que se va a volver maricón.
Sin embargo, pocos te 
advertirán que si le dice chola a la nana que lo cuida se va a volver 
racista o que si insulta horriblemente a otro niño se va a volver un 
bully. Tampoco veo mucha preocupación en prevenir conductas que podrían 
volverlos corruptos o machistas. Lxs niñxs se acostumbran a ver a su 
mamá estacionar su 4x4 en el sitio para personas con discapacidad o en 
medio de la vereda pero nadie le advierte a esa mamá que así su hijo se 
va a volver un energúmeno. Pero si le gusta ver Mi Pequeño Pony, ay de 
ti, ahí estarán tu vecina, familia y amigos del colegio para decirte: 
"¡cuidado! se va a volver maricón".
Algunos me dirán que hay 
situaciones que pueden llevar a alguien a "volverse maricón" como tener 
una mamá sobreprotectora, un papá ausente, un papá represor, criarse con
 pura mujer o hacer muchas cosas de niñitas. Y yo te digo aquí que NO. 
Así de sencillo: NO.
No debería ser un tema importante buscar el 
origen de la homosexualidad pero tal vez para algunos sea necesario 
tener información correcta porque vivimos rodeados de ideas absurdas que
 presentan a la homosexualidad como una enfermedad o una aberración.
Después
 de salir de la universidad me volví estudiosa y, confíen en mi, he 
leído algunas cosas sobre el tema y les puedo decir que las teorías que 
dicen que la homosexualidad tiene como origen factores ambientales (por 
ejemplo los juegos, la ropa, la presencia o no del padre, la madre 
gallina, etc) han sido todas descartadas.
La orientación sexual 
nace con uno. Punto. Pero además quisiera decir que la investigación 
científica concluye que la diversidad sexual (bisexuales, lesbianas, 
gays, transexuales, transgéneros y heterosexuales) es lo natural. Es 
decir, el heterosexual no es el normal y el resto lo anormal. Todos 
nosotros: bisexuales, lesbianas, gays, transexuales, transgéneros y 
heterosexuales somos parte de un mismo grupo de expresiones y matices de
 la sexualidad humana. Todos somos "normales".
Lo que hace el 
entorno, y ahí entramos nosotros como papás y mamás, es reprimir o 
abrazar la diversidad dependiendo del caso y con ello por ejemplo, 
influir en el grado de autoestima que tiene un chico gay o una chica 
lesbiana o aplazar (o negar para siempre) la decisión de "salir del 
closet" ante la familia o amigos. El factor ambiental, léase el entorno 
de familia, amigos, escuela, tiene un rol importantísimo también en la 
forma como se lidia y juzga a quien se presenta como gay o lesbiana ante
 nosotros.
Un entorno de intolerancia e ignorancia que cree que 
los gays son depravados, promiscuos y abyectos lleva a situaciones 
violentas como las que hemos visto hace poco con la tortura y muerte a 
Daniel Zamudio en Chile o los continuos asesinatos de transexuales en 
Perú. Tú creerás que tu hijo es un pan de Dios pero si escucha en casa 
cosas como "ay que horrible ese maricón" o "si yo veo un maricón por la 
calle le parto la cara", ¿qué cosa crees que va a hacer o decir cuando 
sea grande?
Seremos muy modernos en mil cosas pero mi impresión es
 que nuestra sociedad está aun en 1950 en lo que concierne al 
conocimiento y respeto de la diversidad sexual. Y volvamos a los hijos y
 hablemos un poco de los roles de género. Para hacer este post paseé por
 la sección de juguetes de dos tiendas de departamentos y un 
supermercado para ver qué ofrecía el mercado. Durante los primeros meses
 de vida no hay mucha separación de juguetes de niña o niño. Los 
juguetes son generalmente animales con colores vivos que es lo que llama
 la atención a los bebés. Las diferencias empiezan a verse en los 
juguetes para tres años en adelante donde ya claramente empiezan a 
diferenciarse incluso colocándose en corredores diferentes. Cocinas, 
ollas, muñecas, todo rosado para niñas. Y herramientas de construcción y
 camioncitos para que los niños sean bien machitos.
Cuando era 
chica recuerdo que me encantaba ir al departamento de mi primo Renato y 
jugar con su Millenium Falcon. Yo tenía muchas Barbies y muñecas de 
todos los tamaños. Ahora tengo 37 años y me da la impresión que las 
cajas de juguetes de niños y niñas siguen cargando lo mismo que en mi 
época. Y ese peso luego lo pasamos de las cajas a lxs niñxs.
De la
 ropa no voy a hablar porque ya todos saben que el rosado y celeste son 
los insufribles colores que ofrece el 90% de las tiendas de bebés.
El
 problema con eso es que desde antes que puedan decir mamá, lxs niñxs ya
 empiezan a verse obligados por su entorno (ropa, juguetes, juegos) a 
adoptar conductas impuestas como de mujeres u hombres. Cualquier 
comportamiento que salga de ese molde empieza a verse como "anormal": en
 el caso de niños como "de maricones" y niñas como "de marimachas", con 
las consecuentes burlas, ofensas y maltrato.
Pienso en cómo será 
la educación de mi hijo y cómo voy a hacer para que él se críe en un 
ambiente de tolerancia, paz y amor al otro. Y vaya que es difícil en una
 ciudad como Lima. No conozco mucho de la oferta de nidos y colegios 
pero no creo que la promoción del respeto y tolerancia a la diversidad 
sexual sean una prioridad. Y la verdad es que sí hay que hablar de eso, 
sí hay que incluirlo en la currícula de alguna manera, sí hay que leerlo
 y conversarlo porque el maltrato a un niño o adolescente por el simple 
hecho de ser o parecer gay es de las cosas más crueles que hay.
Quisiera
 concluir dejando claro que nosotros, papás, mamás pero también tíos, 
profesores y primos, somos responsables de hacer que nuestrxs niñxs sean
 personas tolerantes y buenas. Y también tenemos, independientemente del
 bagaje de intolerancia que carguemos, que darle todo el amor del mundo 
al hijo o hija que nos diga que es gay o lesbiana. No puedo expresar 
aquí lo importante que tu reconocimiento, amor, comprensión y apoyo 
serán para él o ella de ese momento en adelante.
martes, 11 de marzo de 2014
EL FENÓMENO DEL BULLYING,
TERCERA PARTE:
Siguiendo
con nuestro análisis de lo que es el 
bullying, cabe ahora mencionar que
en un evento de agresión escolar encontramos tres
personajes principales:
1.- El agresor (con amigos o cómplices que forman
pandilla con él)
2.- El agredido o víctima (generalmente solo)
3.- Los espectadores que serían los otros alumnos
que pueden estar presentes en el momento de ese hostigamiento y que por lo
general no hacen nada.
De especial importancia hay que mencionar  que entre los espectadores están también los
maestros, directores, padres de familia quienes también y desafortunadamente,
en  muchos casos no hacen nada (85% de
las veces, según Keith Vitaly en Bullyproof
Your Child) 
Citando a otro autor Philip
Zimbardo en su conferencia TED titulada El efecto Lucifer  hay tres factores principales que contribuirán
a que  el 
niño o la  niña pertenezcan a
cualquiera de los tres grupos mencionados líneas arriba:
EN PRIMER LUGAR, LA DISPOSICIÓN
NATURAL
Que es el temperamento con el que el niñ@ nace. Sabemos que venimos al mundo con cierta manera de ser, ciertas características que nos definirán el resto de la vida, mismas que en gran medida serán alteradas según el ambiente social de aprendizaje que rodee al infante en sus primeros años de vida ya que su cerebro no termina de desarrollarse físicamente sino hasta los dos años y medio aproximadamente. Está comprobado que el medio que rodea a la personita en esta primera etapa puede dar lugar a cambios fisiológicos en ese cerebro en formación, alterando de esa manera esa disposición natural que tiene al nacer.
Que es el temperamento con el que el niñ@ nace. Sabemos que venimos al mundo con cierta manera de ser, ciertas características que nos definirán el resto de la vida, mismas que en gran medida serán alteradas según el ambiente social de aprendizaje que rodee al infante en sus primeros años de vida ya que su cerebro no termina de desarrollarse físicamente sino hasta los dos años y medio aproximadamente. Está comprobado que el medio que rodea a la personita en esta primera etapa puede dar lugar a cambios fisiológicos en ese cerebro en formación, alterando de esa manera esa disposición natural que tiene al nacer.
EN SEGUNDO, LA SITUACIÓN EXTERNA CERCANA: EL HOGAR
EL FENÓMENO DEL BULLYING,
SEGUNDA PARTE:
Recordemos La definición de
bullying que presentamos en la primera parte: “Es un acto de discriminación y  desprecio, premeditado, entre pares, que
tiene la intención de hacer daño e inducir temor a futuro con el fin de
adquirir y/o mantener poder dentro de la jerarquía entre  el alumnado para sobrevivir”
Ahora, analizaremos cada uno de sus componentes:
Es un acto de
discriminación,
considerando éste como el dar trato de inferioridad a una persona o
colectividad. De alguna manera el agresor se siente superior a su víctima y por
tanto con derecho a menospreciarlo y despreciarlo.
Aquí hay que detenernos un poco. Los niños no nacen menospreciando o
despreciando. Estas dos actitudes son aprendidas con toda seguridad del entorno
familiar en el que van desarrollándose en sus primeros años.
Es un acto
premeditado: no
todas las peleas a discusiones dentro de la escuela son bullying. A lo mejor
dos chicos discuten por un partido de fútbol o porque a ambos les gusta la
misma chica. Para que sea hostigamiento tiene que haber dolo, planificación con
tiempo para  hacer daño en el momento e
infundir temor a futuro, con el fin de dominar, debilitar o  “castrar”, palabra que los mismos chicos están
usando con mucha frecuencia.
¿Qué gana el
agresor con esto?: Mantener
a los compañeritos a raya, atemorizados de él y con eso se siente poderoso y,
sobre todo, asegura que no lo agredan y así sobrevive.
Porque dentro de la escuela existe una jerarquía de poder que
surge de manera natural, como en cualquier grupo animal o humano; desde el
comienzo de la escuela se va perfilando quién es el líder “alfa”, quién es
el  sumiso, tímido, callado, etc.
Esto se ve muy bien reflejado de manera novelada en el libro El señor de las moscas de William
Golding (muy recomendable, por cierto, para entender la naturaleza del ser
humano).
En próximos artículos iremos profundizando más en todos estos temas para
intentar comprender qué le está pasando a los niños y niñas en las escuelas. Es
un problema muy complejo y totalmente relacionado con cualquier otro tipo de  violencia en la que hoy nos vemos sumergidos.
EL FENÓMENO DEL BULLYING,
PRIMERA PARTE:
Durante los últimos tres  años he estado impartiendo cursos talleres
para adultos (madres, padres, maestros) sobre el bullying por homofobia en más
de 160 escuelas secundarias y primarias del estado, contratada por la
Secretaria de Educación de Veracruz.
Me he centrado en  el bullying por homofobia porque es el que se
hace con más odio y saña según las conclusiones de la Primera Consulta
Internacional de la UNESCO sobre Bullying por Homofobia, realizada en Río de Janeiro,
Brasil, en diciembre de 2011 y ante la cual tuve el honor de ser la
representante de México. 
Con estos artículos  que inciamos hoy, tengo la intención de ir
analizando todos los aspectos del bullying y su relación con otros actos
de  violencia que se están dando en la
sociedad mundial en general y en nuestro país en particular.
En primer lugar, es
conveniente definir que es el bullying. Según mi experiencia es: “Es un acto de discriminación y  desprecio, premeditado, entre pares, que
tiene la intención de hacer daño e inducir temor a futuro con el fin de
adquirir y/o mantener poder dentro de la jerarquía entre  el alumnado para sobrevivir”
Poco a poco iré analizando esta definición, pero hoy quiero
empezar haciéndome la pregunta: ¿Cómo surge la personalidad de un niño agresor?
A partir de experiencias
personales e investigaciones, concluyo, que el niño o la niña  agresores son personitas con una enorme baja
autoestima, que están llenos de dolor, rencor 
y miedos por la forma en que han sido tratados dentro del hogar desde el
día que nacieron, (con negligencia por un lado y abusos verbales y físicos por
otro. Hasta las palabras tonto o menso son ya agresivas) y que además, han
aprendido comportamientos de discriminación y desprecio de las personas adultas
que los rodean. Es una cadena que van heredando los hijos de generaciones
atrás. Esos niños tienen la tendencia a “desquitarse” de esas agresiones y lo
harán precisamente en la escuela y con alguien más débil que él o ella y de
ahí, sienten la necesidad de no perder el estatus de poder que van adquiriendo
gracias al miedo que infunden. Necesitan urgentemente de ayuda psicológica y no
de castigos que son los contemplados 
contemplado en la Ley (303) Anti acoso escolar del Estado de Veracruz.
Lo más preocupante es que
precisamente la población de madres o padres no es la que más acude a los
talleres o los abandona a mitad de los mismos siempre aduciendo que tienen algo
que hacer. No lo dudo, pero ¿Qué es más importante, preparar la comida, ir al
mercado, o entender qué está ocurriendo en el plantel escolar al que su hijo o
hija asiste? Esto, llámese desinterés o apatía, 
es lo que más nos preocupa porque sin el apoyo comprometido de los
padres de familia jamás lograremos minimizar el hostigamiento escolar.
 
ARTÍCULO PUBLICADO EN AGENDAMX, 24 FEB. 2014
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