domingo, 9 de noviembre de 2014



 BULLYING POR HOMOFOBIA EN MEXICO. VIVENCIAS

Me vienen a la memoria varios acontecimientos que ilustran lo que es el bullying por homofobia y algunas de sus causas y consecuencias. En cierta ocasión estando  a la espera de iniciar mi taller, llegaron cuatro niños como de 7 a 8 años a quejarse con la maestra que “Fulanito de tal” le estaba diciendo “niñita” a uno de ellos. La maestra le dijo que luego atendería el problema, pero siguió platicando con sus compañeras pues aún no eran las ocho, hora de inicio de clases. Me quedé reflexionando dos cosas: 1°, la gran ofensa que significa para un varón que le digan “niña” (lo que a mi entender demuestra la gran relación que existe entre la misoginia y la homofobia), y 2°, la poca importancia que los docentes dan a este tipo de bullying el cual, según lo expuesto en la Conferencia de Río de Janeiro, Brasil en diciembre de 2011 (Primera Consulta Internacional sobre el Bullying por Homofobia convocada por la UNESCO, y ante la cual tuve el honor de ser la representante de México) es el peor de los tipos de agresión, por la saña y el odio con que se manifiesta.
Hace cinco años que me dedico a dar talleres para madres, padres y personal docente en las escuelas, sobre el bullying por homofobia. Pertenezco a una Asociación Civil y en 2009, presentamos un proyecto bajo el nombre de “Conocer y contrarrestar al bullying por homofobia en las escuelas” ante la convocatoria del CENSIDA (Centro Nacional para la Prevención de sida). Obtuvimos el apoyo financiero de esa institución y con ello realicé 6 talleres en la zona de Xalapa, Veracruz, donde actualmente resido. Posteriormente lo presente ante la Secretaría de Educación de Estado,  y a la fecha he impartido aproximadamente 170 talleres  en escuelas primarias y secundarias oficiales de Veracruz.
Mi experiencia a lo largo de dichos talleres ha sido múltiple y variada. Como se trata de hablar sobre el bullying por homofobia en mi ponencia está incluido un capítulo referente a la diversidad sexual, y otro a la relación de la religión con la discriminación.
Ambos temas han sido objeto de rechazo y polémica entre mis oyentes, especialmente el de la religión. Algunos me han rebatido con argumentos basados en la  Biblia, otros, simplemente, ponen caras de ofendidos o abandonan el salón de clase. Sin embargo la gran mayoría me pone atención e incluso asienten con la cabeza. Entre los docentes es evidente no sólo la falta de información en cuanto a la diversidad sexual, sino un sentimiento  de impotencia y de no saber qué hacer cuando algún alumno ha sido maltratado por razón de su orientación sexual. En general se nota gran interés por  este tema.
El papel de la familia en el bullying es primordial pues, a mi entender, es en el seno de la misma, precisamente, donde se inician los comportamientos de resentimiento y agresividad de los niños. De ahí que no sólo hay que tomar medidas para educar a los niños, niñas y jóvenes en lo que es la empatía, el respeto, la diversidad sexual, sino que hay que empezar por reeducar a las  familias inmediatas o extensas.
 “Descubrimos que la aceptación familiar promueve el bienestar y ayuda a proteger a los jóvenes LGBT contra los riesgos. También descubrimos que el rechazo familiar tiene un grave impacto en el riesgo de que un joven homosexual o transgénero tenga problemas de salud física y mental.” (Proyecto de Aceptación Familiar de la Dra.Caitlin Ryan de la Universidad Estatal de San Francisco: http://familyproject.sfsu.edu/files/Spanish_Version_FINAL.pdf)
En 2008 México firmó la  Declaración Ministerial “Prevenir con Educación” (con los países de América Latina) para impartir educación sexual en la escuelas pero no se ha llevado a cabo en gran medida por la oposición de los mismos padres y de la iglesia. Se necesitan cambios en el sistema educativo y en la mentalidad llena de tabúes de la mayoría de la población. Afortunadamente, El 30 de septiembre, las noticias anunciaron que ya está elaborada la ley sobre los derechos sexuales y reproductivos de los niños y niñas mexicanas, incluyendo la educación sexual integral. Poco a poco vamos avanzando, pero de la Ley a la práctica hay mucho camino por recorrer y el problema es urgentísimo.


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