martes, 11 de marzo de 2014

VIOLENCIA A LOS HIJOS POR PARTE DE LOS PADRES: LA ANTESALA DEL BULLYING

Ximena Sierralta*

"Que no llore mucho porque se va a volver maricón". "Que no tenga muñecas porque se va a volver maricón". "Que no juegue con tantas niñas porque se va a volver maricón". "Que no pase tiempo con maricones porque se va a volver maricón". "Que pase más tiempo con el papá porque sino se va a volver maricón".
Ponle una ropa con flores o algún detalle rosado a tu bebito de seis meses y seguro alguna persona conocida o extraña te advertirá, directa o indirectamente, que se va a volver maricón.
Sin embargo, pocos te advertirán que si le dice chola a la nana que lo cuida se va a volver racista o que si insulta horriblemente a otro niño se va a volver un bully. Tampoco veo mucha preocupación en prevenir conductas que podrían volverlos corruptos o machistas. Lxs niñxs se acostumbran a ver a su mamá estacionar su 4x4 en el sitio para personas con discapacidad o en medio de la vereda pero nadie le advierte a esa mamá que así su hijo se va a volver un energúmeno. Pero si le gusta ver Mi Pequeño Pony, ay de ti, ahí estarán tu vecina, familia y amigos del colegio para decirte: "¡cuidado! se va a volver maricón".
Algunos me dirán que hay situaciones que pueden llevar a alguien a "volverse maricón" como tener una mamá sobreprotectora, un papá ausente, un papá represor, criarse con pura mujer o hacer muchas cosas de niñitas. Y yo te digo aquí que NO. Así de sencillo: NO.
No debería ser un tema importante buscar el origen de la homosexualidad pero tal vez para algunos sea necesario tener información correcta porque vivimos rodeados de ideas absurdas que presentan a la homosexualidad como una enfermedad o una aberración.
Después de salir de la universidad me volví estudiosa y, confíen en mi, he leído algunas cosas sobre el tema y les puedo decir que las teorías que dicen que la homosexualidad tiene como origen factores ambientales (por ejemplo los juegos, la ropa, la presencia o no del padre, la madre gallina, etc) han sido todas descartadas.
La orientación sexual nace con uno. Punto. Pero además quisiera decir que la investigación científica concluye que la diversidad sexual (bisexuales, lesbianas, gays, transexuales, transgéneros y heterosexuales) es lo natural. Es decir, el heterosexual no es el normal y el resto lo anormal. Todos nosotros: bisexuales, lesbianas, gays, transexuales, transgéneros y heterosexuales somos parte de un mismo grupo de expresiones y matices de la sexualidad humana. Todos somos "normales".
Lo que hace el entorno, y ahí entramos nosotros como papás y mamás, es reprimir o abrazar la diversidad dependiendo del caso y con ello por ejemplo, influir en el grado de autoestima que tiene un chico gay o una chica lesbiana o aplazar (o negar para siempre) la decisión de "salir del closet" ante la familia o amigos. El factor ambiental, léase el entorno de familia, amigos, escuela, tiene un rol importantísimo también en la forma como se lidia y juzga a quien se presenta como gay o lesbiana ante nosotros.
Un entorno de intolerancia e ignorancia que cree que los gays son depravados, promiscuos y abyectos lleva a situaciones violentas como las que hemos visto hace poco con la tortura y muerte a Daniel Zamudio en Chile o los continuos asesinatos de transexuales en Perú. Tú creerás que tu hijo es un pan de Dios pero si escucha en casa cosas como "ay que horrible ese maricón" o "si yo veo un maricón por la calle le parto la cara", ¿qué cosa crees que va a hacer o decir cuando sea grande?
Seremos muy modernos en mil cosas pero mi impresión es que nuestra sociedad está aun en 1950 en lo que concierne al conocimiento y respeto de la diversidad sexual. Y volvamos a los hijos y hablemos un poco de los roles de género. Para hacer este post paseé por la sección de juguetes de dos tiendas de departamentos y un supermercado para ver qué ofrecía el mercado. Durante los primeros meses de vida no hay mucha separación de juguetes de niña o niño. Los juguetes son generalmente animales con colores vivos que es lo que llama la atención a los bebés. Las diferencias empiezan a verse en los juguetes para tres años en adelante donde ya claramente empiezan a diferenciarse incluso colocándose en corredores diferentes. Cocinas, ollas, muñecas, todo rosado para niñas. Y herramientas de construcción y camioncitos para que los niños sean bien machitos.
Cuando era chica recuerdo que me encantaba ir al departamento de mi primo Renato y jugar con su Millenium Falcon. Yo tenía muchas Barbies y muñecas de todos los tamaños. Ahora tengo 37 años y me da la impresión que las cajas de juguetes de niños y niñas siguen cargando lo mismo que en mi época. Y ese peso luego lo pasamos de las cajas a lxs niñxs.
De la ropa no voy a hablar porque ya todos saben que el rosado y celeste son los insufribles colores que ofrece el 90% de las tiendas de bebés.
El problema con eso es que desde antes que puedan decir mamá, lxs niñxs ya empiezan a verse obligados por su entorno (ropa, juguetes, juegos) a adoptar conductas impuestas como de mujeres u hombres. Cualquier comportamiento que salga de ese molde empieza a verse como "anormal": en el caso de niños como "de maricones" y niñas como "de marimachas", con las consecuentes burlas, ofensas y maltrato.
Pienso en cómo será la educación de mi hijo y cómo voy a hacer para que él se críe en un ambiente de tolerancia, paz y amor al otro. Y vaya que es difícil en una ciudad como Lima. No conozco mucho de la oferta de nidos y colegios pero no creo que la promoción del respeto y tolerancia a la diversidad sexual sean una prioridad. Y la verdad es que sí hay que hablar de eso, sí hay que incluirlo en la currícula de alguna manera, sí hay que leerlo y conversarlo porque el maltrato a un niño o adolescente por el simple hecho de ser o parecer gay es de las cosas más crueles que hay.
Quisiera concluir dejando claro que nosotros, papás, mamás pero también tíos, profesores y primos, somos responsables de hacer que nuestrxs niñxs sean personas tolerantes y buenas. Y también tenemos, independientemente del bagaje de intolerancia que carguemos, que darle todo el amor del mundo al hijo o hija que nos diga que es gay o lesbiana. No puedo expresar aquí lo importante que tu reconocimiento, amor, comprensión y apoyo serán para él o ella de ese momento en adelante.



EL FENÓMENO DEL BULLYING, TERCERA PARTE:
Siguiendo con nuestro análisis de lo que es el  bullying, cabe ahora mencionar que
en un evento de agresión escolar encontramos tres personajes principales:
1.- El agresor (con amigos o cómplices que forman pandilla con él)
2.- El agredido o víctima (generalmente solo)
3.- Los espectadores que serían los otros alumnos que pueden estar presentes en el momento de ese hostigamiento y que por lo general no hacen nada.
De especial importancia hay que mencionar  que entre los espectadores están también los maestros, directores, padres de familia quienes también y desafortunadamente, en  muchos casos no hacen nada (85% de las veces, según Keith Vitaly en Bullyproof Your Child)
Citando a otro autor Philip Zimbardo en su conferencia TED titulada El efecto Lucifer  hay tres factores principales que contribuirán a que  el  niño o la  niña pertenezcan a cualquiera de los tres grupos mencionados líneas arriba:
EN PRIMER LUGAR, LA DISPOSICIÓN NATURAL
Que es el temperamento   con el que el niñ@ nace. Sabemos que  venimos al mundo con cierta manera de ser, ciertas características que nos definirán el resto de la vida, mismas que en gran medida serán alteradas según  el ambiente social de aprendizaje que rodee al infante en sus primeros años de vida ya que su cerebro no termina de desarrollarse físicamente sino hasta los dos años y medio aproximadamente. Está comprobado que el medio que rodea a la personita en esta primera etapa puede dar lugar a cambios fisiológicos en ese cerebro en formación, alterando de esa manera esa disposición natural que tiene al nacer.

EN SEGUNDO, LA SITUACIÓN EXTERNA CERCANA: EL HOGAR
Este punto, a  mi manera de ver, es el más importante en la formación de la personalidad del menor y por tanto, vale la pena analizarlo minuciosamente, cosa que haremos en futuros artículos que espero lleven al lector, padre o madre, a recapacitar sobre qué está ocurriendo al interior de su hogar, qué están haciendo bien o qué están haciendo mal en su esfuerzo por educar y relacionarse con un hijo o hija.



EL FENÓMENO DEL BULLYING, SEGUNDA PARTE:
Recordemos La definición de bullying que presentamos en la primera parte: “Es un acto de discriminación y  desprecio, premeditado, entre pares, que tiene la intención de hacer daño e inducir temor a futuro con el fin de adquirir y/o mantener poder dentro de la jerarquía entre  el alumnado para sobrevivir”
Ahora, analizaremos cada uno de sus componentes:
Es un acto de discriminación, considerando éste como el dar trato de inferioridad a una persona o colectividad. De alguna manera el agresor se siente superior a su víctima y por tanto con derecho a menospreciarlo y despreciarlo.
Aquí hay que detenernos un poco. Los niños no nacen menospreciando o despreciando. Estas dos actitudes son aprendidas con toda seguridad del entorno familiar en el que van desarrollándose en sus primeros años.
Es un acto premeditado: no todas las peleas a discusiones dentro de la escuela son bullying. A lo mejor dos chicos discuten por un partido de fútbol o porque a ambos les gusta la misma chica. Para que sea hostigamiento tiene que haber dolo, planificación con tiempo para  hacer daño en el momento e infundir temor a futuro, con el fin de dominar, debilitar o  “castrar”, palabra que los mismos chicos están usando con mucha frecuencia.
¿Qué gana el agresor con esto?: Mantener a los compañeritos a raya, atemorizados de él y con eso se siente poderoso y, sobre todo, asegura que no lo agredan y así sobrevive.
Porque dentro de la escuela existe una jerarquía de poder que surge de manera natural, como en cualquier grupo animal o humano; desde el comienzo de la escuela se va perfilando quién es el líder “alfa”, quién es el  sumiso, tímido, callado, etc.
Esto se ve muy bien reflejado de manera novelada en el libro El señor de las moscas de William Golding (muy recomendable, por cierto, para entender la naturaleza del ser humano).
En próximos artículos iremos profundizando más en todos estos temas para intentar comprender qué le está pasando a los niños y niñas en las escuelas. Es un problema muy complejo y totalmente relacionado con cualquier otro tipo de  violencia en la que hoy nos vemos sumergidos.


EL FENÓMENO DEL BULLYING, PRIMERA PARTE:
Durante los últimos tres  años he estado impartiendo cursos talleres para adultos (madres, padres, maestros) sobre el bullying por homofobia en más de 160 escuelas secundarias y primarias del estado, contratada por la Secretaria de Educación de Veracruz.
Me he centrado en  el bullying por homofobia porque es el que se hace con más odio y saña según las conclusiones de la Primera Consulta Internacional de la UNESCO sobre Bullying por Homofobia, realizada en Río de Janeiro, Brasil, en diciembre de 2011 y ante la cual tuve el honor de ser la representante de México.
Con estos artículos que inciamos hoy, tengo la intención de ir analizando todos los aspectos del bullying y su relación con otros actos de  violencia que se están dando en la sociedad mundial en general y en nuestro país en particular.
En primer lugar, es conveniente definir que es el bullying. Según mi experiencia es: “Es un acto de discriminación y  desprecio, premeditado, entre pares, que tiene la intención de hacer daño e inducir temor a futuro con el fin de adquirir y/o mantener poder dentro de la jerarquía entre  el alumnado para sobrevivir”
Poco a poco iré analizando esta definición, pero hoy quiero empezar haciéndome la pregunta: ¿Cómo surge la personalidad de un niño agresor?
A partir de experiencias personales e investigaciones, concluyo, que el niño o la niña  agresores son personitas con una enorme baja autoestima, que están llenos de dolor, rencor  y miedos por la forma en que han sido tratados dentro del hogar desde el día que nacieron, (con negligencia por un lado y abusos verbales y físicos por otro. Hasta las palabras tonto o menso son ya agresivas) y que además, han aprendido comportamientos de discriminación y desprecio de las personas adultas que los rodean. Es una cadena que van heredando los hijos de generaciones atrás. Esos niños tienen la tendencia a “desquitarse” de esas agresiones y lo harán precisamente en la escuela y con alguien más débil que él o ella y de ahí, sienten la necesidad de no perder el estatus de poder que van adquiriendo gracias al miedo que infunden. Necesitan urgentemente de ayuda psicológica y no de castigos que son los contemplados  contemplado en la Ley (303) Anti acoso escolar del Estado de Veracruz.
Lo más preocupante es que precisamente la población de madres o padres no es la que más acude a los talleres o los abandona a mitad de los mismos siempre aduciendo que tienen algo que hacer. No lo dudo, pero ¿Qué es más importante, preparar la comida, ir al mercado, o entender qué está ocurriendo en el plantel escolar al que su hijo o hija asiste? Esto, llámese desinterés o apatía,  es lo que más nos preocupa porque sin el apoyo comprometido de los padres de familia jamás lograremos minimizar el hostigamiento escolar.
  ARTÍCULO PUBLICADO EN AGENDAMX, 24 FEB. 2014